Pepita estaba vagando por un pueblo en el norte de la provincia de Córdoba, por lo que un operario del ayuntamiento de esa localidad la cogió. Como en este pueblo no tienen perrera municipal ni convenio para recoger animales, son llevados al matadero municipal donde son sacrificados. Por suerte para Pepa, este hombre se apiadó de ella y se la llevó a una nave del ayuntamiento en la que guardan las herramientas y un montón de trastos. Este señor se puso en contacto con su hija, que a su vez le averiguó el contacto de una protectora de Córdoba, La Guarida. Desde esta protectora nos pasaron el aviso por si nosotros podíamos hacernos cargo de la galguita, ya que ellos no disponen de sitio y recursos para hacerlo. Así que nos hicimos 100km ida y 100km de vuelta para ir a recoger a Pepa a la nave donde el señor la guardaba y la escondía para que no la vieran otros operarios y la llevaran a sacrificar.
Pepa es muy cariñosa, simpática y sobre todo es una perra muy muy tranquila. Es sociable con otros perros, tanto machos como hembras y es compatible con gatos. Pepa sería perfecta para convivir con niños o en un piso.
Esta dulzura de perrita ha tenido una segunda oportunidad y ahora necesita un hogar definitivo. Si quieres ayudarla contacta en galgosdelsur@gmail.com
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